Esta mañana hemos ido de paseo al pueblo de Dalkey - un pueblo chulísimo donde vive lo más súper-guay de la sociedad dublinesa. La verdad es que el sitio es muy bonito... pijo, pijo, pero muy bonito
Hace unos días leí que había un café en el centro del pueblo que era muy bueno para desayunar (el Corner Note) y cuando nos hemos levantado he arrastrado a toda la prole - incluido el tío Tato que nos está visitando - a conocerlo.
El pueblo de postal y encima con sol, pues ¡para qué queremos más!, daban ganas de comprarse shorts y chanclas y bajarse a la playa, eso sí con pamela de esas discretitas que llevan las famosas para "pasar desapercibidas", junto con las imprescindibles gafas de sol XXL tipo secretaria del 1-2-3. Nos hemos contenido ¿eh?, pero sí que nos hemos echado un desayuno de los de foto a color
y también nos hemos dado un paseo pueblo p'arriba pueblo p'abajo para hacer un poco la digestión.
Para que os hagáis una idea: Dalkey está lleno de tienditas pequeñas, bastante selectas y que no encuentras en el resto del condado: ¡dos pescaderías una enfrente de la otra! lo nunca visto, una frutería, tiendas de comida gourmet,
farmacias que parecen joyerías, cafes de foto, y la guinda del pastel: el mercadillo - cuatro "puestos mal puestos" uno de ellos de pescado en el que venden langosta y ostras, toma ya. Tendremos que ir a comprar algún día. Pero sin duda lo mejor es una terraza chulísima, de esas que salen en las pelis americanas en las que los protas están desayunando y disfrutando de la brisa marina, solo le faltaba el mar y los surfistas al fondo. Un lujazo de sitio.
Ya de vuelta al coche hemos estado probando la cámara de mi nuevo teléfono (mi regalo de cumpleaños adelantado) y nos han salido así de chulas:
De Samuel:
De Martín:
De papi:
De Edu:
No sé: en internet decían que la cámara del teléfono tenía muy buena resolución, pero para mía que las fotos tienen algo raro... serán mis paranoias :-)))
Os dejo que hay que ir a cenar. Prontito más!