Dicen que la cara es el espejo del alma.... pues qué razón tiene quien lo dice!
Estos dos últimos días Martín ha estado yendo a la guarde unas horitas por la mañana, como preparación para la semana que viene, que empezara a quedarse allí todo el día, haciendo el mismo horario que Samuel. Y tengo que decir que por su cara iba dejando ver como se sentía en cada momento:
MIERCOLES 27/01/10 - 10:00h
Es el primer día en que Martín se va a quedar un ratito solo en la guarde. Acabamos de dejar a Samuel en su clase en el primer piso y bajamos, como cada mañana a la planta de abajo. El pobre inocente ni se imagina que le llevo al matadero, así que va tan contento! (expresión de su cara = "vamos mamá que quiero llegar pronto a casa a jugar con los coches de Samuel, que luego él no me deja").
En vez de montarle en el coche, le llevo a la que va a ser su clase a saludar a sus profes y a sus nuevos compañeritos. El agarrado de mi mano todo el tiempo, hasta se permite jugar - con su mano libre- al LEGO con un par de niños que estaban haciendo castillos. A los diez minutos, y sin soltarme la mano, se deja sentar en la sillita para comer un poquito de fruta que les dan de tentempié; empieza a tirarme de la mano (expresión de su cara = " ya hemos saludado a estos nuevos colegas mamá, venga, vámonos a casa que se va a hacer tarde"). Aprovecho que le encanta la fruta y me suelta un momento la mano y coge un trozo de plátano para salir pitando por la puerta y dejarle solito.... las profes te recomiendan que cuando te vayas nunca vuelvas si le oyes llorar, ni siquiera te gires, porque es peor para los niños, así que ni me doy la vuelta cuando le oigo dar algun gritillo.
Vuelvo una hora después, y desde la puerta le veo con los ojos todos hinchaditos de llorar, sentadito al lado de una de sus profes oyéndola cantar. No llora, pero seguro ha estado llorando un buen rato. Me ve y viene corriendo a agarrarse a mi pierna, le cojo e inmediatamente se vuelve a decir adiós con la manita a los niños (expresión de su cara = "ahí os quedáis pringadillos! que yo me voy con mi mami a mi casita - hasta nunca!).
En el paseo a casa, yo le preguntaba: que tal Martín? y el me decía que bien con la cabeza, pero sin muchas sonrisas (expresión de su cara = "vaya mañanita que me has dado mamá! estoy un poco molesto con tu actitud...).
Por la tarde tuvo un poco de fiebre, igual que por la noche, así que el jueves lo pasamos todo el día en casa (tuvo algo de fiebre, pero muy poco) y el viernes volvimos al "lugar del crimen":
VIERNES 29/01/10 - 09:50h:
De nuevo hemos dejado a Samuel en su clase, tan contento porque nos hemos encontrado con su colega Inés (alias Virgen María) y han subido juntos riéndose y corriendo uno detrás del otro; vamos bajando las escaleras, pero esta vez Martín no sonríe tan abiertamente como de costumbre... llegamos a la puerta de su clase y se agarra a mi dedo como si le fuera la vida en ello! me mira desafiante (expresión de su cara = esta vez no te escapas listilla... o te vas con nueve dedos, porque de este no me suelto!). Con lo que el no contaba era con que iban a servir frutita otra vez, así que Kung Fu Panda se suelta para agarrar el trozo de pera y zas, mamá se va corriendo. Oigo sus gritos desde la puerta pero no me vuelvo...
Dos horas después, vuelvo a recogerle. Es hora de siesta para los bebes y están todos acostados en sus colchonetas, con la luz muuuuy tenue y música suavecita.... todos menos Martín que está en un rincón, sentadito en la misma sillita en la que le dejé, llorando en silencio: el corazón se me partió en mil trozos chiquititos chiquititos. Fui a cogerle y ni hizo amago de echarme los brazos; sólo se dejó agarrar y se limpió los moquetes y las lagrimillas en mi hombro. Me dijeron las profes que no consintió que le dieran nada de comida (!!!!!!!) ni bebida (!!!!!!!!!!!!!!!!!!, si en casa no para de beber agua y "tletle" o sea leche). Tampoco se dejó acostar, así que le dejaron allí solito para que se tranquilizara. Me dijeron que la cosa no había ido mal hasta que hicieron simulacro de incendio con evacuación incluida (hacen uno semanal), y en el punto de encuentro vio a Samuel que fue a saludarle...cuando se fue Samuel empezó a llorar otra vez como un loco y no hubo manera de calmarle. En el camino a casa se durmió, y ya en casa se despertó normal, como si todo hubiera sido un mal sueño.
El fin de semana lo pasó tranquilo.
LUNES 01/02/10 - 09:50h
Martín esta muy zen mientras vamos a su clase (expresión de su cara = ...y no podrán dañaaaaaarme). Entramos y todas las profes le saludan efusivamente. Ya tiene casillero asignado con su nombre y hueco también asignado para sus pañales y cremas del culete. Le sientan rápidamente para tomar su snack de fruta porque saben que eso le tranquiliza :-). Como siempre, ese es el momento que yo aprovecho para marcharme y yéndome, le oigo llorar un poquillo; está Renata - la nueva directora del centro - en la clase y cuando yo ya me marchaba, sale y me dice que Martín esta calmadito y no llora (bieeeeen!). Esta vez me pide que no vaya a recogerle por lo menos hasta las dos de la tarde, así que a las 14:05 estoy entrando por la puerta con su papi, que ha hecho un huequillo para venir a recogerle. Cuando entramos a la zona de bebes, le vemos que está en el pasillo con sus compis que acaban de levantarse de la siesta - no llora!). Oye la puerta y se vuelve, al vernos se pone a llorar el cara; vamos a donde está y la profe nos dice que ha dormido 50 minutos (wow!), pero que todavía no han podido hacerle comer más que la fruta de las 10.... poco a poco. Martín, como siempre se agarra a su papi y se vuelve a su profe muy cortesmente: bye, saludando con la manita :-). Salimos de la guarde y va de la mano de papá y mamá, tan contento con una cara de felicidad total - esa es la expresión que me gusta que tenga!!!
No he hecho fotos estos días, me parecía un atentado contra su dignidad mas íntima. La foto que os dejo es del primer día, justo antes de salir de casa. Esta chula verdad?
Cuando la cosa se normalice le haré alguna para que veáis a sus colegas, que no tienen desperdicio, y a sus profes.
