Halloween en el campo

¡Qué ganas tenía de escribir esta reseña! Por fin acabo de encontrar un poquillo de tiempo hoy para hacerlo.

Hemos descubierto un sitio chulísimo al ladito de Dublín: Belvedere, a una hora en coche de aquí, en un pueblo que se llama Mullingar.

Belvedere es una finca enorme, que en su día se diseñó y construyó como la casa de campo del primer conde de Belvedere, allá por 1740. La verdad es que lo poco que queda de la construcción original no está mal, pero no dice mucho,


pero los jardines y la zona del lago y del bosque son preciosos, sobre todo en esta época del año.



Nunca habíamos ido, pero el finde pasado organizaban un evento de Halloween y para allá que nos fuimos, bien abrigados, con botas de agua y con los bocatas en la mochila. Y volvimos (yo por lo menos) encantados de la vida.

Ya desde la entrada, la carreterita que lleva al aparcamiento promete:


Y la bajada a la casa desde el parking también es maja



Nada más entrar y antes de empezar a explorar la finca, hicimos nuestra parada obligatoria - desayuno en el café:



Muy majete el café, está en una galería muy amplia, y el desayuno nos gustó mucho: nos tomamos unas cookies, un "pudding de pan y mantequilla" (básicamente tres torrijas una encima de la otra) que estaba "de la muerta". El café y el chocolate calentito también pasaron el test con nota.



Con la panza llena nos fuimos a explorar. El evento organizado era el siguiente: se habían escondido por todas partes de la finca chuches y elementos decorativos varios - quien los encontraba ¡se los quedaba!. Nosotros, primerizos en estas lides perdimos un montón de tiempo en desayunar, así que cuando empezamos a buscar ya estaba todo más que arrasado (buaaaaaaaa!), pero pudimos encontrar una bolsa de patatas, un bote de caramelo líquido y unos cuantos esqueletos de decoración.





Como tuvimos que caminar para arriba y para abajo, nos dio para conocer gran parte del parque.... ¡y es la bomba!. Además la época del año es la mejor para visitarlo, sobre todo si tienes la suerte que tuvimos nosotros de ver un poquito el sol. 






El lago tiene toda una anécdota que contar: en una aldea en la otra orilla de lago, pasaba sus veranos Jonathan Swift, el autor de Los viajes de Gulliver, que ya sabeis que fue deán de la catedral de Dublín durante años (y si no lo sabíais, ya lo sabeis).



La aldea se llamaba Nure y ahora se llama Lilliput :-). Cuentan los locales que la inspiración para el libro de Los viajes de Gulliver le vino un día que estaba pescando en su barca en medio de este lago y vio que los habitantes de Nure a esa distancia eran muy muy pequeños... a partir de ahí tiró de imaginación, y ya sabeis el resto de la historia. Lo del cambio de nombre de la aldea era de esperar, claro. Me pareció muy curiosa la anécdota (tía Cris: la puedes robar y contarla en tu blog!, con fotos y todo). 



Y no me enrollo más, aunque hay muchas más fotos chulísimas, que ya os enseñaré en otro momento. Volveremos pronto, porque cuando estuvimos por allí leímos que Santa establece su base irlandesa este año en Belvedere House, así que nos pasaremos a saludarle... y os lo contaremos.

1 comentarios:

Cris 11 de noviembre de 2012, 8:44  

¡Qué preciosidad de sitio! Es cierto que el otoño mola con los colores de las hojas... Tengo varios libros que leer pendientes, pero en cuanto pueda releo "Los viajes de Gulliver" y cuento la anécdota... ¡vaya que si la cuento!
Esperamos con ilusión cómo está en Navidad...

Tía Cris

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