El domingo pasado fuimos a patinar sobre hielo al centro comercial de Dundrum
Era la primera vez para Samuel, Martín y también para mí...y la experiencia mereció la pena: nos lo pasamos muy bien.
Habíamos quedado con la "pandi": Los Sperl, los Rodrigues da Silva y los Torre, con todos sus churumbeles, así que la cosa pintaba bien desde un principio.
Nada mas vernos, fuimos a tomarnos algo por allí y luego, todos de la mano nos fuimos camino de la pista - Martín iba encantado con Mila! (son compañeros de guarde...)
Ya habíamos reservado, así que al llegar a la pista los preparativos fueron rápidos: pasar por taquilla, canjear nuestras reservas por entradas y a la antesala de la pista a ponernos los patines; después...al ruedo!
Decidimos que Lolo se quedara con Samuel (perdonad la mala calidad del video)
y yo me quedaría ayudando a Martín, que tenía un pingüino (para ayudar a los mas pequeños a mantener el equilibrio), y así lo hicimos casi todo el tiempo.
Martín no estaba muy convencido al principio, y durante la primera media hora estuvimos entrando y saliendo de la pista según me iba pidiendo, sin forzar.
Le costó perder el miedo, aunque al final se movía muy bien (teniendo en cuenta que tiene dos años y que era la primera vez que patinaba, claro) - se le dio bastante mejor que a su madre! (eso no es difícil, vaya estilazo que me marqué....).
Los demás iban también cogiendo el ritmo:
Laura con Emma
Daniel con Dani
Y a falta de Lino, que no pudo apuntarse hasta la hora de comer, Mila se desriñonó con las dos enanas (Inés y Mila):
hasta que Stefan salió a la pista a echarle una mano con Inés, para que ella se centrara en Mila
Samuel se cayó unas cuantas veces, pero no le importaba lo mas mínimo: se levantaba y lo volvía a intentar. No le daba miedo...incluso posaba para las fotos!
hasta que ya al final consiguió dar unos pasitos solo, sin ayuda de su padre: todo un logro que aplaudimos efusivamente (y él feliz de la vida, claro).
Cuando se acabó la sesión de patinaje (una hora y veinte minutos, aproximadamente), nos fuimos todo el grupo a comer a un restaurante en el mismo centro comercial de Dundrum y prontito a casa, porque al día siguiente había que ir al cole y teníamos que prepararnos física y sobre todo psicológicamente. Los warriors se quedaron totalmente dormidos nada más sentarse en el coche camino de casa: después de tantas emociones vividas, el cansancio pudo con ellos. El resto de la tarde la pasamos tranquilamente en casa...
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