El domingo 4 de Octubre fuimos a Lough Key Forest Park.
Mientras desayunábamos, Alicia nos había contado por encima la historia del parque: los terrenos - casi 350 hectareas- eran parte de la hacienda Rockingham, de la familia King, que era en el Boyle del siglo XVII como los Medicis en Florencia un par de siglos antes: todo en la ciudad era suyo. Los King residieron allí hasta 1957 en que un fuego destruyó su mansión; entonces decidieron marcharse (bueno, en realidad no se si fue así de fácil, pero como resúmen vale).
Después de desayunar nos pusimos los abrigos y nos fuimos para allá. La idea era pasar el día tranquilamente haciendo alguna ruta sencilla, con caminos anchos para que pudiera pasar el cochecito de Martín.... no teníamos muchas pretensiones la verdad. Y creo que fue por eso por lo que nos gustó más!
La carretera que tomas a la entrada del parque lleva directamente al aparcamiento. Es al llegar allí cuando te quedas sorprendido del paisaje: el Lago Key (Lough en irlandés significa lago) y en medio una isla con una castillo medio derruido que le da al conjunto un aspecto muy "dumasiano"...vamos que pasa perfectamente por el Castillo de If y casi que puedes ver (si te fijas mucho) a Edmundo Dantes saliendo por una de las ventanas en su huída para convertirse en el Conde de Monte-Cristo .
Estuvimos allí haciéndonos unas fotitos y luego decidimos hacer una ruta sencilla siguiendo la orilla del lago. Nos encantó la ruta: los árboles de formas curiosísimas, los puentes, los senderos, las explanadas. Pues allí íbamos nosotros disfrutando del parque cuando conocimos a los Mulkeen: Denis, Patricia y su niño Martín de dos años y 9 meses: Samuel y Martín Mulkeen congeniaron en seguida: los dos son dos "rabos de lagartija" que disfrutan corriendo, saltando, jugando a la pelota y pisando charcos, y sus papás y nosotros también congeniamos rápido y nos pusimos al día de nuestras vidas en lo que duró el paseo.
Al llegar al punto de partida, nos fuimos todos a tomar un café para celebrar el cumple de Martín Tova - los peques un helado - y luego a los columpios a jugar.
Ya por la tarde, al despedirnos, nos intercambiamos direcciones y prometimos seguir en contacto y hacer lo posible por vernos pronto para que los niños pudieran volver a disfrutar de su compañía mutua.
Patricia y Denis: fue un placer conoceros! esperamos de verdad poder organizar otro viaje como el del otro día y pasarlo tan bien con vosotros y con Martín.
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