Jugando al firsbee en el jardín

Reseña tipo "twitter" para contaros que estamos aprendiendo a jugar al frisbee.

El viernes pasado Samuel se portó estupendamente, y papá le dio un premio por el esfuerzo: un frisbee!

Ni que decir tiene que el enano no quería esperar al sábado para aprender a utilizarlo, así que, aprovechamos que las temperatura están siendo buenísimas por aquí en estos días y salimos al jardín a practicar mientras había luz... bueno, salieron, y yo me quedé tomando un te en la terraza y haciendo estas fotitos para el album familiar.

La tarde resultó muy divertida para los warriors. Martín decidió salir al jardín pero jugar por su cuenta con un globo de los que sobraron de la fiesta de cumple de Samuel

y al final estuvo subiéndose y bajándose de los bancos del jardín,

y también jugando con el agua de la fuente y descansando en el cesped, disfrutando del atardecer.

Por su parte, Samuel, escuchó atentamente - durante dos o tres minutos...- las explicaciones de papá y luego a practicar!

Así estuvieron jugando un buen rato, y luego se tumbaron en el césped a "ver la puesta de sol"

El ejercicio a esas horas es perfecto porque luego cenan algo, se lavan los dientes y a roncar hasta.... las 7 de la mañana del día siguiente! Ya se que no son horas para un sábado, pero papá y mamá pudimos disfrutar de una noche de viernes de cine en nuestro proyector nuevo (que no es el Palafox pero que con unas palomitas y una buena peli se le parece bastante).

Este viernes por la tarde toca piscina (haga sol o caigan chuzos de punta) así que estamos cruzando los dedos para que el ejercicio acuático surta los mismos efectos que el bendito frisbee :-)