Visitamos Donegal: sus parques, sus costas... y sus hospitales!

El fin de semana pasado, aprovechando que teníamos un día libre extra (el último lunes de Octubre es festivo en Irlanda - aunque el día 1 de Noviembre se trabaja!) decidimos montarnos una excursioncita de puente. El sitio lo teníamos bastante claro: queríamos ir a County Donegal.

El condado de Donegal es el más septentrional de Irlanda. Está prácticamente rodeado por el Océano Atlántico y sólo le une a la República de Irlanda una frontera de 8 kms al sur - con el condado de Leitrim - porque el resto de su frontera es con Inglaterra (Ulster). Su costa está literalmente "rota" y recorriéndola te encuentras tanto playas inmensas de arena blanca, como acantilados increíbles que quitan el hipo al más valiente. El interior es una mezcla de bosques frondosos junto a zonas muy, muy ásperas de tierra rojiza cubiertas de brezos. De lo más espectacular que recuerdo haber visto en la isla.

Os pongo un mapa de Irlanda para que os ubiquéis un poco:



Parece mucha distancia desde Dublín, pero no son más de 3 horas en coche, así que, aprovechando el día extra nos fuimos para allá.

Fijamos nuestra base de operaciones en el pueblo costero de Bundoran, unos pocos kms al sur de la ciudad de Donegal (que podéis ver en el mapa). En realidad lo escogimos a ciegas: nos pareció sobre el papel un buen sitio para montar nuestro "campamento base" y todavía había apartamentos disponibles (porque sí, hay recesión, y le debemos un montón de pasta a los socios europeos, pero cuando hay puente aquí no se queda en casa ni Dios).

Así que el sábado por la mañanita cargamos trastos y tiramos carretera arriba. El viaje en coche fue tranquilo, un poco lluvioso, pero tranquilo - ya desde dos calles más para allá de casa (que paramos a echar gasolina) los warriors iban preguntando si quedaba mucho, pero en general se portaron como unos campeones! estuvieron mucho tiempo jugando los dos a sus cosas, luego pasamos un rato jugando todos al "veo  veo", estuvimos cantando... un poco de todo. 

Por fin llegamos a primera hora de la tarde. Lo primero: ir a comprar algo al súper y después al apartamento a dejar las cosas.

El apartamento.... pues como la definición del agua que nos enseñaban en el cole: incoloro, inodoro e insípido :-). Bien, totalmente funcional; lo que tenía que funcionar, funcionaba: estaba muy limpio, calentito y el agua caliente iba genial. No era un ejemplo de decoración de vanguardia, pero ni falta que nos hacía. A los warriors les gustó.

El edificio estaba en la Main Street del pueblo, en la zona más alta, y desde el balcón se podía ver la playa a lo lejos...



Por cierto, en esta playa se celebraron los campeonatos europeos de surf a primeros de mes, y en cuanto la ves, sabes por qué la eligieron. 



La tarde se pasó tranquila. Ya no cogimos el coche más. Nos quedamos por la zona y nos fuimos prontito a la cama, después de ver "How to train your dragon" en el DVD portátil que nos llevamos (sí, sí, ya sabéis que nosotros viajamos sólo con lo imprescindible!), y que en este caso nos vino fenomenal porque la tele era de la Segunda Guerra Mundial y por supuesto no había reproductor de DVD. 

El domingo por la mañana amaneció medio soleado (guaaauuuuu). Nos levantamos pronto, desayunamos y luego nos fuimos a visitar la playa aprovechando el favor que nos estaban haciendo los cuatro o cinco rayitos de sol que todavía se dejaban ver entre los nubarrones horribles que venían del océano.



Bundoran tiene varias playas, que se pueden pasear gracias a un camino muy majo que las une (por abajo sería imposible: mucha roca y el mar tiene una fuerza de espanto). Por allí nos dimos un paseo, hicimos varias fotitos, corrimos un poco arriba y abajo y luego al coche, rumbo al norte.

Nuestra siguiente parada: el Glenveagh National Park, al norte del condado. Dicen que es uno de los más bonitos - sino el más bonito - de la isla, y eso en Irlanda es decir mucho, porque se encuentran unos paisajes alucinantes vayas donde vayas.

La entrada del parque tiene muy buena pinta: es un bosque rodeado de tierra árida y rojiza donde cualquiera juraría que no puede crecer nada más que arbustos a prueba de vientos huracanados. Por dentro laguitos a tutiplén que cuesta creer que sean naturales: parecen puestos allí a propósito por algún paisajista con buen gusto para embellecer el parque y que los guiris - como nosotros- se hagan la foto.



Directos nos fuimos al visitor center a comprar un billete para el autobus que te lleva a una de las joyas del parque: un castillo, que construyó un terrateniente por allá por 1870  como una réplica en miniatura del castillo de Balmoral, en Escocia (ése donde pasa las vacaciones la reina de Inglaterra) y sus jardines. Cogimos el autobús, disfrutamos el paisaje en el viaje, llegamos al castillo, Martín va a bajar, se cae, se rompe el labio y empieza a sangrar / llorar / gritar como un loco = fin de nuestra visita turística a la zona...

Después de un momento de nervios en que la sangre no paraba de salir y Martín no paraba de llorar, pudimos ver que la cosa no tenía buena pinta. En seguida vino una ATS que confirmó que había que llevarle a urgencias al hospital más próximo - Letterkenny, como a 15 kms. Desde ese momento todo fueron atenciones por parte de la gente del parque: vino otro ATS  que confirmó lo que nos había dicho la primera y luego una doctora que nos dijo que aunque posiblemente no necesitara puntos, en el hospital le pegarían la rajita que se había hecho en el labio (para los que no lo sepan: cuando la herida es superficial, ahora ya no ponen puntos, simplemente pegan el labio con una "cola" que funciona igual que los puntos pero no duele al aplicarla y deja menos cicatriz).

Cortaron bastante la hemorragia, aplicaron frío a la zona para que no se inflamase y nos llevaron de vuelta al coche para que fuéramos al hospital, no sin antes darle a Samuel unas cuantas chocolatinas y un zumo (el pobre estaba más asustado que Martín y empezaba a encontrarse mal).

Una vez instalados en nuestro coche, uno de los ATSs nos hizo de perro lazarillo con el suyo para que le siguiéramos y nos llevó exactamente a la puerta de urgencias en el hospital de Letterkenny. Para entonces Martín (que ya por entonces parecía Rocky después del peor de sus combates) se había quedado dormido y Samuel había recobrado un poco el color de la cara con el azúcar que le habíamos metido casi en vena.

En urgencias, el médico dijo que ningún diente estaba afectado pero la parte interna del labio estaba muy abierta, igual que la encía. Anestesia local, cola para el corte de fuera y al menos un punto por dentro del labio. Tardaron.... 1 hr en poder coserle. El niño se portó como un campeón, pero lloró lo suyo. Ni las promesas de una sorpresa - McQueen nuevo - conseguían calmarle... por fin entre dos médicos, dos enfermeras, un enfermero y gas anestesiante (aparte del pinchazo que le habían metido para dormirle la zona) consiguieron terminar la faena (bieeeeen!). Cuando le cogí de la camilla me dijo todo lloroso y con el labio como una pelota de tenis: "vavá, vavos a comvrar la vorvresa, vor vavor" es decir, vamos inmediatamente a por mi McQueen nuevo que me lo he ganado con creces.

No había más que hablar: del hospital a la juguetería, de allí a casa a descansar, jugar con las "vorvresas", a cenar y a dormir. Vaya día!



El lunes amaneció bien: un panorama meteorológico muy parecido al del domingo. La noche fue un poco accidentada, con los dos warriors despertándose de vez en cuando (supongo que acordándose del episodio del día anterior). Pero por la mañana la cosa se tranquilizó. Mientras desayunábamos, jugamos un par de partidas al juego de LEGO que Samuel se había pillado la tarde anterior (todos jugábamos con fichas, menos Rocky, que jugaba con Mater y un par de coches más):




Después, a tomar un poco el aire. Primero visitamos el pueblito turístico de Ballyshanon, que en gaélico quiere decir "la entrada del vado de la ladera de la colina", y no tenemos nada más que añadir....



Luego pasamos por el pueblo de Donegal. Muy majete, nos gustó mucho. Sobre todo la localización del cementerio... digo yo que en una cosa así debía estar pensando Serrat cuando cantaba eso de "si un día para mi mal viene a buscarme la paaaaaaarcaaaa, la la la la",  cambiando el Mediterráneo por el Océano Atlántico, claro, porque buenas vistas al sitio no le faltan.




Seguimos puebleando. Siguiente parada: el pueblo de Killibegs - el mayor puerto pesquero de Irlanda con unas cuantas plantas de procesado de pescado. Aquí sobran los carteles: sabes que estás llegando al pueblo por el olor como tres o cuatro kilómetros antes de literalmente pisar Killibegs. Nos hicimos unas cuantas fotos desde una de las colinas que rodean el puerto (hacía ya un frío de la leche!).



Nuestro destino final eran los pueblos de Kilcar y Carrick y la cadena montañosa de las Slieve League, que acaba directamente en el mar con unos acantilados de 600m de alto - los más altos de Europa!! Y el día era de lo más propicio: con niebla, con cielo gris plomizo.... de Halloween total. Durante el camino se podía parar literalmente en cada curva para hacer fotos, porque el paisaje es fantástico.

Las Slieve League nos encantaron, de verdad. Una pena que las fotos no capten lo que en realidad ves, oyes, respiras y sientes cuando llegas allí... disfrute total para los sentidos y para el alma. Es un sitio especial.

Desde el parking puedes todavía caminar por un sendero estrechito hasta el one man's pass, que es el punto desde donde verticalmente tienes los 600 m de acantilado bajo tus pies. Tiene que ser una pasada, pero decidimos que sería mejor volver en unos 10 o 20 años para recorrer ese sendero con los warriors (no antes!). En la foto se puede ver la subida:



Ya era media tarde cuando pusimos rumbo a Dublín después de un día bastante completo. Los warriors se durmieron en el camino después de comer algo y el viaje fue tranquilo, sin mucho tráfico. Nos hemos prometido regresar en cuanto podamos y terminar de ver el Glenveagh National Park y la costa norte... pero esta vez con casco!

Hicimos muchas fotos, y las he dividido en dos montajes. En el primero están las fotos de Bundoran, el pueblo de Donegal y las poquitas que hicimos en el Glenveagh National Park. La música vuelve a ser de aquí, irlandesa - la canción se llama "Lego house": como hecha a medida para los warriors, ¿verdad?. Perdonad el tamaño, más pequeñito de lo normal, pero he tenido problemas al subirlo de Youtube y he tenido que hacer un "apaño"...





En el segundo he incluido las fotos de la subida a las Slieve League y todas las que tomamos arriba. Espero que os guste - a mí me ha encantado hacerlo. La música se llama Thanksgiving y es tan increíble como el lugar...




Pronto más

1 comentarios:

Anónimo 3 de noviembre de 2011, 9:49  

Pero que barbaridad!!! Que reseña tan bien hecha!!
A ver si no te contratan en en Natgeo!!!!!!
Gracias por compartir sus aventuras.
Un beso para todos.
Adrian

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