Mini vacaciones en Irlanda del Norte

Como ya comentamos en nuestra anterior reseña, el Jueves 17 de Marzo fue San Patricio. Ya llevamos varios años pasándolo aquí (seguro que os acordáis de las fotos de nuestro primer 17 de Marzo en Dublin....)



y este año, la verdad, nos apetecía hacer algo diferente.


Estuvimos mirando diferentes opciones y al final nos decidimos por la zona de Irlanda del Norte, que de hecho es la zona donde paso San Patricio la mayor parte del tiempo que estuvo en esta isla. Porque seguro que no lo sabeis, pero San Patricio era....británico! (oh no!!!!). Ser británico en Irlanda es más o menos como ser cule y vivir en el barrio de Salamanca: casi un pecado. Al pobre Patricio le secuestraron unos piratas irlandeses cuando tenía 16 años y todavía vivía en su tierra, le trajeron aquí y le vendieron a un terrateniente en el Norte, que le puso a cuidar ovejas en un monte aislado durante 6 años. Pasado ese tiempo, Patricio pudo escapar y volver a su casa, donde se convirtió en sacerdote, estudió todo lo que pasaba por sus manos y - ole sus narices - decidió volver a Irlanda a evangelizar a los "salvajes" que entonces vivían por aquí. Y ya se quedó, introdujo el cristianismo en la isla y ayudó a todo el que se cruzaba en su camino hasta que murió allá por el siglo V d.C.


Irlanda del Norte está literalmente plagada de todo tipo de alusiones al santo patrón (coles por acá, iglesias por allá, "aquí esta enterrado", "aquí traía a las ovejas cuando era pastor", "aquí daba misa", "aquí se tomaba su cafe con croissant todas las mañanas"... ya sabéis, lo típico). En esta foto, la iglesia de San Patricio en Glenarm


Bueno, al grano, que decidimos venir aquí a pasar cuatro días y desconectar del bullicio de Dublin que en estas fechas se llena de guiris locos por vestirse de verde y llenarse los estómagos de Guinness.


El plan era ver lo máximo posible pero sin agobios. Teníamos 4 o 5 sitios en mente y si nos sobraba tiempo, a improvisar. El mapa aproximado de lo que vimos es el siguiente (ya sabeis, al pinchar en las chinchetas os aparece el sitio):



View Northern Ireland, March 2011 in a larger map



Para dormir elegimos un pueblito precioso: Ballygally, justo donde empieza la carretera costera que - dicen las guías - es una de las 5 más espectaculares del mundo (cuando hay sol, claro). La elección del alojamiento, todo un éxito: el apartamento era pequeño, pero muy bien aprovechado y tenia unas vistas preciosas. Esto era lo que veíamos por las mañanas nada mas levantarnos:





Al fondo el precioso Hotel Ballygally Castle que, cuenta la leyenda, está habitado por un fantasma desde hace 400 años... El fantasma está identificado y todo: es el de lady Isabella Shaw, la esposa de lord Shaw, el dueño del castillo por aquellos años. Parece ser que lord Shaw quería desesperadamente un hijo, y cuando lady Isabella dio a luz, su malvado marido se lo quitó para educarle en solitario y a ella la encerró en una torre del castillo. Intentando escapar para recuperar a su hijo, lady Isabella se cayó...desde entonces su alma vaga por el castillo buscando a su bebe (vaya drama).




El jueves lo pasamos prácticamente en el viaje, llegar, dejar las cosas, un paseito en coche por los pueblos de los alrededores y pronto al apartamento a cenar y a la camita.


El viernes fue uno de los días fuertes: queríamos hacer la ruta chula por carretera hasta el final y en el Norte de la isla ver tres de las cosas que no nos queríamos perder. Y así lo hicimos. La carretera, preciosa, es verdad: pasamos por un montón de pueblitos muy bien conservados y la costa tiene zonas muy bonitas. Fuimos haciendo paradas cortas (para tomar café, hacer fotos, estirar las piernas, jugar un poco en los columpios....).


Primera parada "seria" programada era el puente colgante de Carrick-a-rede junto a Ballintoy: un puente de 20m de longitud tipo tablitas y cuerdas (de los que parece que se van a romper a tu paso). Cuando llegamos, los warriors estaban durmiendo así que no pudimos cruzarlo. La verdad es que si hubieran estado despiertos tampoco habríamos podido cruzarlo, porque para los peques es chungo: todavía son muy pequeños. Ni siquiera pudimos hacer foto, porque para acceder al puente había que pagar... así que aquí os dejo una que he pillado de Wikipedia, para que os hagáis una idea de lo que nos perdimos.



Segunda parada: a unos 10 km del puente se encuentra la Calzada de los Gigantes: nada menos que 37,000 columnas hexagonales de basalto muy pegaditas las unas a las otras formadas por lava de una erupción volcánica de hace 60 millones de años (casi ayer, vamos). Aquí ya Samuel se había despertado, pero Martín seguía en otro mundo (se echa unas siesta el colega que me río yo de las de Cela de pijama y orinal), así que papá y Samuel se fueron a verla y Martín y yo nos quedamos en el coche. Volvieron muy contentos, hablando sobre la leyenda de como se formó la calzada: el gigante Finn MacCool que fue a pegar al gigante escocés Benandoner...(no la cuento que es larga, pero la cosa va de gigantes vestidos de bebe).


Tercera parada: las ruinas del Dunluce Castle: estas sí las ví...y me encantaron. Están justo al borde de un acantilado, vaya localización! Y también una historia muy bonita detrás de como los irandeses se lo reconquistaron a los ingleses en 1584.


Ya por la tarde empezamos ya a notar el cansancio (Martín seguía durmiendo), así que pusimos rumbo a casa (previo paso por el super y por Ballymena, el pueblo natal de nuestro admiradísimo Liam Neeson...y es que no nos podíamos marchar de la zona sin pasar por allí).


Para el sábado teníamos preparada alguna ruta a pie por uno de los nueve glens que hay en la costa. Y qué son glens? Pues en pocas palabras, son unos valles estrechos profundos que se extienden en dirección nordeste desde el interior hasta la costa. Los famosos Glens de Antrim son nueve: Glenarm, Glencoy, Glenariff, Glenballyeamon, Glenaan, Glencorp, Glendun, Glenshesk y Glentaisie. Alrededor de cada uno de ellos hay una ruta panorámica para poder disfrutar de su belleza a fondo, pero como no nos daba tiempo a hacer todas las rutas, elegimos el glen que tiene fama de ser el más bonito: Glenariff. Tiramos para allá (15 minutos de nuestro apartamento) y directamente subimos al Glenariff Forest Park: un parque natural con un montón de caminos señalizados que llevan a sitios preciosos dentro del valle.



Estuvimos caminando un rato, hasta que los warriors se cansaron. Entonces les subimos en las mochilas hasta que les dio hambre - comimos algo que habíamos metido para el paseo y tiramos hasta que nos dio hambre a los papis - entonces decidimos regresar. No es que camináramos mucho, pero estuvo muy bien: nos quitamos el "mono".


Una vez con el estómago lleno, dimos un paseito en coche para conocer algunos sitios más que teníamos apuntados en nuestra agenda y ya por la tarde a casa a descansar.


El domingo nos lo tomamos con mucha calma porque tocaba regresar, así que no nos fuimos muy lejos de Ballygally. Luego la vuelta (3 horitas) para ir mentalizándonos que el día siguiente era lunes y tocaba madrugar (qué duro!).


Aquí os dejo el video con las fotos que tomamos durante todas las mini-vacaciones. Espero que os guste y que algún día podáis venir a descubrir Irlanda del Norte con nosotros! Aquí va:






1 comentarios:

Anónimo 27 de marzo de 2011, 20:49  

Me dió envidia.............y de la buena!!
Qué bonito!!!
Un abrazo de oso a toda la familia "warrior"
Tia Maru

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