La visita del tío Tato

Hace ya unas semanas, a principios de mes, el tío Tato nos hizo una visita sorpresa. Solo fue un fin de semana, y no hicimos nada muy especial, pero los warriors lo disfrutaron intensamente.

El sábado por la mañana habíamos quedado con Miguel e Izaskun para conocer a la pequeña Matilde, que ¡es una preciosidad!

Fuimos a probar un sitio nuevo - esta vez no arriesgamos, porque M&I ya habían ido y dieron buenas referencias - se llama el Café du Journal y está en el pueblecito de Monkstown, al sur de Dublín, pero cerquita de casa, aunque hay que ir en coche o en cercanías, claro.

Allí pasamos gran parte de la mañana, poniéndonos al día y disfrutando de la pequeñaja, que no hizo más que dormir durante las más de dos horas que estuvimos juntos. Qué monos son los bebés cuando no es a tí a quien despiertan por las noches y no eres tú la que les tienes que cambiar las cacas, ¿verdad?

Y del sitio... ¡nos encantó! No me quiero enrollar, porque seguro que volveremos y entonces le haré foto a todo lo que se mueva para enseñarlo en condiciones. Desayunamos muy bien a un precio razonable y la decoración está muy agradable. Aunque parece pequeño por fuera, luego es bastante grande y tienen hasta terraza para el verano, así que está muy apañadito. Lo dicho, ya está apuntado en la guía warrior-favoritos: ya sabéis, nuestra exclusivísima lista en la que solo están los mejores comederos de la isla y que un día le hará la competencia a la guía Michelín, y si no me creéis, al tiempo! 

Después del rato largo de charla/desayuno con los Faria (que se nos hizo cortísimo), tiramos para el parque de Booterstown a jugar un poco al fútbol porque Samuel se había llevado el balón y la verdad es que hacía un sol de lo más agradable. Allí estuvimos, practicando pases, marcando goles, los dos enanos hicieron un par de entradas de tarjeta que el árbitro no vio... bueno, ya sabéis, lo de siempre.

Un buen rato estuvimos jugando con el balón

y corriendo como locos. Al final estábamos todos cansados de verdad. Tuvimos que sentarnos en el banquillo a retomar el aliento

así que decidimos dejarlo allí por miedo a lesionarnos a mitad de temporada (¡y más cuando este año hay Copa de Europa!). Para comer, un mexicano de comida para llevar: burritos GIGANTES pero ricos que todos nos entraron estupendamente.

Todavía por la tarde nos quedaron fuerzas para ir a la piscina de bolas del Leisureplex...

 


claro, sin siesta ni nada, cuando llegamos a casa por la noche después de todo el día fuera, los warriors estaban literalmente desfondados. les pesaban hasta las pestañas... lo bueno: esa noche durmieron como benditos.

El domingo también fue un día de probar nuevos sitios. Por la mañana, después de la piscina fuimos al parque de Cabinteely, que ya habíamos visitado hace algunas semanas (e hicimos una reseña, porque nos encantó), pero antes, fuimos a "brunchear" al URBUN, un café que está justo al lado y al que ya habíamos echado el ojo en enero. Bueno, el sitio es de lo más peculiar, con mesas corridas, y un montón de cosas recicladas. Se ve un sitio muy "orgánico", que cuida el medio ambiente, en el sentido culinario y también en su decoración. ¡Y la comida estaba estupenda! Yo pedí una ensalada, que estaba buenísima y que traía trozos de morcilla... mira que me gusta la morcilla frita, pero nunca la había probado como parte de una ensalada verde - pues está riquísima.

Después del brunch, al parque a bajar la comida. Por supuesto los warriors estaban felices de la vida y no había quien los bajara. Probamos un columpio nuevo que no habíamos visto antes en ningún otro sitio 

y luego más de los mismos de siempre: tirolina, tobogán, excavadora, circuito militar y bla, bla, bla.

De vuelta a casa, todos rotos como siempre, buena siesta, ducha, cena y a dormir.

Tato se tuvo que ir el lunes de madrugada, pero prometió volver muy pronto y Samuel y Martín le tomaron la palabra, así que ahora preguntan por él cada fin de semana, porque "mami, nos prometió que iba a volver muy pronto!" Y es que a los warriors no se les olvida nada...

Aquí os dejo con las fotitos del finde. Esta vez no he podido meter vídeos, porque los hizo Gerardo con el iPod y al meterlos en el montaje se deforman... ¡cosas de la tecnología! Bueno, aún así, no quiero dejar de enseñar las fotos que tomamos. Algunas son muy chulas; espero que a vosotros también os gusten.