Estamos hechos unos frikis

Que no, que no, que si me hubieran dicho a mí hace una década que acabaría yendo anualmente a saraos del tipo de Invasion Dublin, me habría destrozado de la risa. ¿Yo? ¿En un sitio de esos para frikis? ¡Ni loca! Imposible, vamos.... 

Y ya me veis hoy - ya voy por el segundo año consecutivo y esto tiene toda la pinta de convertirse en una tradición familiar. Nos hemos convertido oficialmente en una friki-familia de Star Wars y de aquí a nada (un par de años más) ya nos veo planeando nuestras vacaciones anuales para ir a una de las convenciones mundiales que se organizan –en América, seguro– el día 4 de mayo; porque, para los que no lo sepáis, el 4 de mayo es el día mundial de la saga, por aquello de "May de fourth be with you..." o algo MUY parecido que dicen los Jedis. Ya me estoy imaginando la escena y me entran escalofríos.

Pero no quiero adelantarme a los acontecimientos ni voy a entrar a enumerar los "sacrificios de madre" que a todas las ídem nos toca hacer en más de una ocasión por nuestros churumbeles, porque en el fondo los hacemos con gusto. Me voy a centrar en el pasado 4 de Mayo (May the fourth...), cuando empezó la edición 2012 de Invasion Dublin, que se celebró en el Hotel City West, a las afueras de la ciudad.

El día 4 fue viernes (= coles, curro y otras obligaciones), así que decidimos retrasarlo e ir más tranquilamente el domingo día 6.

La estructura del evento es bastante simple, la verdad. Os pongo en situación:

Una vez entras, tras haber pagado religiosamente tu entrada (que no baja de 30 EUR por familia, descuentos aplicados), están las tienditas, tipo mercadillo, en las que TODO EL MUNDO compra: los que van con niños compran al menos una espada láser (que pueden ser dos si la espada no dura hasta el final del evento, porque son de una calidad extrema...), algún muñequito o kit de lego o similar para que los niños monten en casa o en su defecto algún disfraz; los adultos se dejan el sueldo comprando figuritas de colección que valen un riñón y parte del otro. 

Nada más pasar las tienditas y detrás de la zona de comida rápida está el salón. Aquí están, los personajes de las pelis (los disfrazados): malos y buenos, todos revueltos paseando por el recinto para que el personal pueda hacerse la foto y conseguir los autógrafos en los libritos que a tal efecto venden en las tiendas de fuera por un módico precio...

Nunca falta el tenderete con actores de las películas, en carne y hueso, que firman autógrafos. Todos de primera línea. Nosotros tuvimos además la gran suerte de ver una entrevista en directo con Mike Edmonds que tenía doble papel: del Ewok Logray (el de la foto que, por cierto, he "robado" de la wikipedia de Star Wars)

y también hacía de "cola de Jabba", sí, sí: ocupaba la parte de la cola en el disfraz del monstruo Jabba the Hutt. Como veis, siempre llevan a los protagonistas... aún así nos quedamos a ver la entrevista. Tampoco faltan en el evento las actividades galácticas: este año había una escuela para utilizar la fuerza, pero las plazas estaban todas reservadas desde hacía días... ¡así va el país!

Por todas partes hay espacios abiertos para que los peques luchen unos con otros... y eso es lo que más les gusta a todos, incluidos los warriors: hacer sus luchas con otros niños: se lo pasan en grande. Aquí en el vídeo Martín está luchando con el hijo (¡o el nieto!) de Darth Vader (uno ilegítimo, creo). Al final gana Martín :-)

Bueno, ya os podéis imaginar lo bien, requetebien que nos lo pasamos. Corrimos, luchamos, nos hicimos fotos con todos, compramos una espada láser ¡que todavía funciona! y para rematar nuestra buena suerte, tuvimos una clase particular de un profesor de Jedis que había salido un momento de la academia para tomarse un bocata y enseñó los movimientos más importantes a los "aprendices" que se habían quedado sin plaza. ¿Para qué queremos más? La felicidad absoluta, el paraíso en la tierra....

Desafortunadamente, todo lo bueno se acaba pronto y sin darnos cuenta nos dieron las 6 de la tarde. Con nuestra espada, nuestros recién adquiridos conocimientos, y la sonrisa en la boca recordando nuestros fabulososos encuentros con LOS MALOS (por cierto, la foto borrosísima, pero el valor del documento INCALCULABLE) 

nos montamos en el coche y nos fuimos para casa. Felicidad plena - misión cumplida - que nadie me diga que no merece la pena volverse un poco friki para poder disfrutar después de estos momentos tan satisfactorios...

Como siempre, aquí os dejo todas las fotos que hicimos en el evento. Sí, ya sé, la música ya la utilicé para la reseña de Invasion Dublin 2011, pero es que no tenía opción, no podía usar la música de Dora la Exploradora...




Besos a todos y hasta muy pronto