¡Frohe Weihnachten desde Hamburgo!

El fin de semana pasado nos fuimos a Alemania, a Hamburgo más concretamente, y ¡nos gustó un montón! No es que eligiéramos el destino así, al azar... es que nos invitaron nuestros amigos Luis y Sarah, os acordáis de ellos, ¿verdad?

Luis y Sarah fueron los primeros amigos que hicimos cuando llegamos a Dublín. Ellos llegaron más o menos en la misma época y los primeros fines de semana que pasamos por aquí, lo pasamos con ellos, visitando el centro, conociendo pueblitos...



Ellos se fueron de Dublín hace ahora dos años -seguro que recordáis que escribimos un post para su despedida (en la foto el día de su fiesta de despedida)



pero hemos mantenido el contacto, y ya el año pasado nos animaron a visitarles para Navidades. Entonces no pudo ser porque Martín tenía el pasaporte caducado, pero este año lo hemos preparado con tiempo y....bueno, nos hemos ido a verlos!

Hamburgo es, ya sabéis, una ciudad situada al Norte de Alemania. A lo mejor no sabéis que es la segunda ciudad más poblada de Alemania, después de Berlín, y que además es ciudad-estado (uno de los 16 estados federados de Alemania). Está asentada a orillas del Elba, el Alster y el Bille y su puerto (ya veréis las fotos) es el segundo más grande de Europa - después del de Amsterdam - y ¡el noveno del mundo! Me llamó la atención ese dato, porque Hamburgo no tiene mar... de hecho está a ciento y pico kms del Mar del Norte y su puerto es así de importante.

Otro dato curioso que me llamó un montón la atención, porque no tenía ni idea: Hamburgo tiene más de 2.400 puentes (más que Amsterdam, Venecia y Londres juntos!) sobre un laberinto de canales que cruzan la ciudad y que le dan un toque medio romántico. La verdad es que es en estos momentos cuando me doy cuenta de que mis conocimientos de geografía están un tanto obsoletos, por decirlo de una manera suave.

El avión salía el viernes a mediodía y aterrizamos en Hamburgo a eso de las 3 y media de la tarde hora local.


Nuestra Sarah estaba allí, esperándonos en la puerta de salida, como una campeona. Otra prueba más de lo buenos amigos que son, porque con el día que hacía, lo que de verdad le debía apetecer era quedarse en casa con una taza de chocolate calentito entre las manos, viendo una peli maja en la tele para empezar con buen pie el fin de semana...pero allí estaba, para acompañarnos a nuestro apartamento. En el camino recogimos a Luis que salía del trabajo y se unió al grupo.

Después de llegar al apartamento y dejar los trastos, nos armamos de valor y de capas de ropa térmica y nos fuimos de nuevo a la calle - nuestra primera visita: el centro, la zona de la calle Jungfernstieg, que es la calle de las tiendas de lujo de la ciudad, cerca del ayuntamiento y de la ofi de Google, como no. Allí tuvimos nuestra primera toma de contacto con los mercadillos navideños alemanes 




y nos comimos nuestra primera "salchicha autóctona"...bueno, solo papá, Samuel y yo, porque Luis y Sarah son vegetarianos (Sarah es una hamburguesa vegetariana, curioso ¿verdad?). De allí directamente a un restaurante a ver nevar desde la ventana (porque la nieve es bonita cuando se ve desde los ventanales de un sitio calentito con tu sopa de cebolla humeante frente a tí y rodeado de buena compañía, sino....). Después de una cena extraordinaria, rumbo a casa a descansar y tomar fuerzas para el finde movidito que nos esperaba.

El sábado amanecimos muy temprano.... a eso de la 7 nos despertó Samuel vomitando como un loco. No sé como todavía nos dan ganas de salir de casa con lo proclives que somos a terminar conociendo las salas de urgencias de los hospitales en los sitios a los que vamos! Samuel el pobre también vomitó a las 7:30, a las 8, a las 9...todo lo que intentó comer o beber durante la mañana lo echaba fuera después de 10 minutos. Tenía toda la pinta de un virus intestinal de lo más inoportuno.

Después de varias llamadas a Adeslas por nuestra parte, y al hospital local por parte de Sarah, conseguimos que un médico de urgencias viniera a visitarle al apartamento, y efectivamente confirmó nuestra teoría: virus intestinal común, nada grave. Tratamiento: dieta ligera. Para comer, lo mejor las Kartoffeln (no patatas, no, sino Kartoffeln! y es que es verdad, que solo la contundencia de la palabra parece que ya te asienta el estómago) y mucho líquido para evitar la deshidratación. Dejó una receta de unos supositorios por si la cosa no iba a mejor a lo largo del día y tira millas....

Total que entre vomitadas, limpiadas, llamadas al seguro, visitas del médico y demás se nos fue toda la mañana y todavía estábamos en el apartamento. Luis y Sarah nos habían invitado a comer y eran las 3:30h - ya noche cerrada - cuando entrábamos por la puerta de su casa. Samuel ya se encontraba bastante mejor y todos estábamos mucho más tranquilos.

En casa de estos chicos estuvimos un ratillo charlando 



y jugando 



mientras Sarah nos preparaba una pasta riquísima con verduras.



La verdad es que la diferencia entre ir de vacaciones a un sitio donde no conoces a nadie (= comer de sandwich en cualquier esquina) e ir a un sitio donde conoces a gente y poder disfrutar de comidas caseras tan agradables sin ninguna prisa es enorrrrme



Después de llenar los estómagos, todos listos de nuevo para salir, en metro (lujazo!) 



y comiéndonos de postre unos riquísimos Schmalzkuchen, que, como su propio nombre indica, son unos bollitos pequeños de masa tipo donuts espolvoreados de azucar glas que se comen calientes y que son típicos de esta época del año...ya, ya sé que la explicación sobraba, porque solo con el nombre ya sabíais lo que eran, pero por si acaso nos lee algún extranjero, quería incluir la explicación :-).



Esta vez nuestro destino fue la zona del ayuntamiento. El edificio del ayuntamiento es impresionante: 113 metros de largo por 70 de ancho y 112 de alto.... casi ná! digo yo  el alcalde y concejales no se quejarán de falta de espacio, no?



No pudimos tomar fotos muy nítidas, porque entre que estaba nevando, que era de noche, el mercadillo que estaba justo delante y los "torrentes" de gente que había en la calle, pues nos quedamos con las ganas de tomar la foto perfecta, así que os tendréis que conformar con lo que pudimos sacar...

En un golpe de suerte, papá pudo hacerle una foto a la puerta, que tiene una frase escrita en latín justo encima que me gustó mucho: "Nuestros descendientes velarán con celo por conservar la libertad que consiguieron nuestros antepasados", chula eh? 



Pues por allí estuvimos, dando una vuelta por el mercadillo, donde nos gustaron mucho sobre todo los puestos de decoración navideña, 




y nos llamaron la atención los muchísimos puestos de comida. Yo tenía muchas ganas de comerme un pretzel alemán de verdad, pero Sarah nos recomendó que probáramos los Flammkuchen que - también huelga decirlo- son unas tipo pizzas pequeñas que tienen crema agria en vez de queso y cebolla y bacon por encima. Muy ricos, la verdad.

El viento y el frío empezaban a hacer estragos sobre todo en los warriors, principalmente en Samuel que no había comido casi nada en todo el día y estaba un poco descolocado - estomacalmente hablando -  así que sobre las 8 de la tarde decidimos "recogernos" cruzando los dedos para que la noche fuera bien, sin incidentes de tipo sanitario.

El domingo amaneció tranquilo - bieeeeen - todos sanos, nos duchamos, recogimos el equipaje y a las 10 ya estábamos desayunando con nuestros amigos. Por supuesto un café/cola cao con pan y repostería recién hecho de una de las muchísimas panaderías que hay en la ciudad. No una cualquiera claro, sino la favorita de Luis y Sarah!. Pudimos probar los aparentemente famosos Franzbrötchen, que para que me entendáis, son los cinnamon rolls a la alemana - muy buenos, aunque mi preferido fue el pan de zanahoria...ummmmmh, riquísimo, todavía estaba calentito cuando nos lo comimos! Una vez desayunados, tomamos rumbo al puerto de Hamburgo. 




El puerto de Hamburgo es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad. Por allí estuvimos paseando tranquilamente y disfrutando del solecito.



La verdad es que es impresionante, muy grande y muy activo. ¡El Elba parece el mar!



En general el barrio del puerto es muy majo, y más con las reformas que están llevando a cabo en los últimos años: por un lado, la construcción de la Elbephilarmonie, la que será una de las salas de conciertos más modernas del mundo, en el área de almacenes del puerto, la Speicherstadt - la construcción se está llevando a cabo sobre uno de los almacenes más grandes y emblemáticos de la zona, el "almacén del Kaiser"; en vez de destruir el almacén antiguo, éste hará las veces de aparcamiento, y la sala de conciertos va encima. Es toda de cristal, con forma de ola. Ya en construcción es impresionante, así que cuando esté acabada, allá para mediados del año que viene, va a ser para alucinar... (hay algún dibujo de cómo va a quedar en el link que he incluído)



Otro de los grandes proyectos urbanísticos en la zona es la construcción del nuevo barrio de Hafencity, con alojamientos de lujo, hoteles de ídem y restaurantes cuyos "menús del día" no siempre van a estar al alcance de los bolsillos de ciudadanos de a pie, desafortunadamente.... el proyecto pinta bien para la ciudad y para su proyección internacional (si es que no tenía ya suficiente) como punto de atracción turística de todas las clases sociales.

No me enrollo más: nos encantó la ciudad, nos supo a poco el medio fin de semana que tuvimos para conocerla y prometimos regresar a visitarla con más clama. ¡Cumpliremos nuestra promesa!



El domingo por la tarde  en metro al aeropuerto



donde tomamos el avión de regreso a Dublín, a la rutina de coles, oficina, y tareas del hogar... pero hemos retomado esa rutina con una sonrisa en la boca, recordando los momentos chulos que vivimos con nuestros amigos en Hamburgo.

Aquí os dejo el resto de las fotos. La música me ha sido fácil elegirla: es de un hamburgués ilustre (hay muchos, no creáis que es el único, eh?), Johannes Brahms. No soy una experta en música clásica, pero la pieza que hemos elegido esta vez me encanta. Esperamos que a vosotros también.





Pronto más con un montón de fotos que me quedan por subir antes de Navidad... buff qué estrés :-)


2 comentarios:

Anónimo 19 de diciembre de 2011, 13:33  

Muy chulas las fotos, el mercadillo y... la Danza húngara!!!!
A los enanos les han encantado las fotos de los puestos del mercadillo (Alejandro dice que no es un enano...)
No parecía que hiciera mucho frío ¿no? Lo que es una pena es que se haga de noche tan prontito...

Anónimo 19 de diciembre de 2011, 14:39  

Menudo viaje bonito, aunque sea cortito!Es verdad que con lo que narras me dan ganas de echar mano a un billete de avión de inmediato, para ir a conocer Hamburgo. Qué tal para la semana santa? Yo ya hice mi calendario de festivos, lo primero para que no me pille nada sin planear este año. Me encantan los nuevos gorros de los niños, y Samuel en su papel de explicarle todo a su hermano. Se ve que tiene el papel asumido y le gusta. Luis y Sara están iguales. Los recuerdo de aquel picnic con tu ensalada de atún. Hummm. Muy bonito este post. Si es que cabe. Todos para mi son fabulosos. Un beso de tía Alice, que ya merito llegamos....
Hasta pasado mañana con suerte.

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