Para los que estábais esperando con impaciencia la reseña de como fue la primera obra de teatro de Martín, os tengo que dar una mala noticia: el miedo escénico pudo con él...
Lo llevaba bien: se sabía el guión al dedillo. Su vestuario era impecable y sus ganas de triunfar también, pero se vino abajo, y cuando vio aparecer a su hermano y a su mamá por la puerta de la clase unos minutos antes del comienzo de la obra, los nervios le jugaron una mala pasada.
Ni actuó, ni cantó el "jingle bells", ni el "Santa Claus is coming to town", que tanto había ensayado en casa. De hecho no tenía ganas ni de saludar a Santa, que estuvo en Giraffe, ni de recoger el regalo que le había traido
Samuel y yo le animamos, y le dijimos que no importaba, que estamos seguros que triunfará el año que viene, que seguro que le piden que actue de nuevo. Quién sabe? a lo mejor le dan un papel protagonista....
Antes de quitarse el disfraz, ya en casa, le tomé una foto para que quede para la posteridad. Ahí va:
Y una más, cuando empezaba a animarse de nuevo:
Tendremos que esperar un año más...
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